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lunes, 28 de julio de 2025

LA EXPLOTACIÓN DEL GUANO PERUANO | HISTORIA DEL PERÚ

La explotación del guano empezó en 1841 en las islas de Chincha, las de Lobos de Afuera y  Lobos de Adentro y las provincias del sur hasta Tarapacá. El interés que paulatinamente despertó esta lucrativa actividad se plasmó en la inestabilidad de los tres primeros contratos de explotación, firmados entre 1841 y 1842, en los que el Estado buscaba obtener cada vez un beneficio mayor. Así, lo que empezó siendo un sistema de contrato de alquiler concedido a un inversionista, Francisco Quirós, derivó en un convenio que otorgaba al Estado el 64 por ciento de los beneficios y, finalmente, se pactó entregarle a este el 75 por ciento del ingreso líquido.


LOS INVERSIONISTAS:

El Estado se encontraba en crisis fiscal pues no había logrado cubrir los gastos que se habían generado desde las batallas de la independencia. En esas condiciones, ni el Estado ni los capitalistas nacionales podían competir con las firmas europeas y estadounidenses en la inversión que significaba la explotación del guano. El predominio de extranjeros y la ausencia de inversionistas peruanos fueron cuestionados en la década de 1850 por el Congreso, que decidió que no se firmasen nuevos contratos si no se incluía a capitalistas nacionales. Así, los extranjeros formaron empresas mixtas, pero sin permitir que la participación nacional los sobrepasara.


LOS CONSIGNACIONES:

El Estado acordó ceder a los empresarios la explotación del guano en lugares específicos y por un período determinado que no superaba los nueve años. Estos inversionistas o consignatarios debían asumir todos los gastos, desde la extracción hasta la venta. Al ingreso bruto se le descontaban los gastos y el producto neto se dividía entre el fisco y los consignatarios. Este acuerdo acabó por convertir al Estado en deudor de los consignatarios, pues estos adelantaban los beneficios que correspondían al fisco en calidad de préstamos que debían ser amortizados con elevados intereses. El acaparamiento de la explotación del guano por los capitalistas extranjeros, así como su deshonestidad provocaron denuncias contra el sistema. Las principales sospechas recayeron sobre la casa británica Gibbs y la casa francesa Montané. Los empresarios vendían el guano en el exterior a un precio menor al oficial, perjudicando la venta de guano  del Estado.


EL CONTRATO DREYFUS:

La ruptura con los consignatarios ocurrió durante el gobierno del presidente José Balta. Este le encargó al ministro de Hacienda, Nicolás de Piérola, que convocara una licitación en París para vender dos millones de toneladas de guano, sin informar de esto a los consignatarios. La buena pro fue otorgada a la firma francesa Augusto Dreyfus y hermanos, que ofreció excelentes condiciones, entre ellas, cubrir la deuda externa con cinco millones de soles. Los consignatarios llevaron el caso ante el Poder Judicial, pero el convenio se esfumaron pronto, pues no se invirtieron los ingresos en actividades productivas a corto plazo sino en ferrocarriles. El contrato se canceló en 1875.


GUANO Y PROCESO:

Los ingresos producidos por la explotación del guano permitieron atenuar las deudas que se arrastraban desde la independencia. Los beneficios de este nuevo negocio se vieron particularmente en los gobiernos del presidente Ramón Castilla.

La explotación:

Inicialmente se recuperó a esclavos y presidiarios para la extracción del guano en las islas. A partir de 1850, cuando empezó la inmigración asiática, los culis fueron los más requeridos. Si bien en sus contratos de introducción al Perú se especificaba que no podían trabajar en el guano, los culis fueron sometidos a tantos atropellos que su situación pasó a ser similar a la de los esclavos. También se utilizaron obreros chilenos, aunque en menor escala. Los trabajadores no contaban con seguridad para evitar accidentes o enfermedades y sus jornadas de trabajo podían llegar a ser de 16 horas.

martes, 22 de julio de 2025

LOS ORÍGENES DEL CASTELLANO

El castellano es una lengua románica, es decir, derivada del latín, que mantiene rasgos de las lenguas que se hablaban en la península Ibérica antes de la conquista romana y de las lenguas de los otros pueblos que la habitaron posteriormente: visigodos y árabes.

Las lenguas anteriores a la romanización

En el siglo II a.C., antes de la llegada de los romanos, las lenguas más extendidas en la península Ibérica eran:
• Las lenguas célticas de origen indoeuropeo que, aunque desaparecieron, dejaron préstamos en el latín que llegaron hasta el castellano, como berro o brezo.

• Las lenguas íberas no indoeuropeas, emparentadas con las lenguas camíticas del norte de África y que también desaparecieron.

• El vasco, lengua de origen incierto, que ha pervivido hasta nuestros días y de la que proceden términos como izquierdo o chaparro.

• Otras lenguas minoritarias: las lenguas de los púnicos (cartagineses), los fenicios y los tartesios.

Todas ellas funcionaron como lenguas des sustrato y determinaron la posterior evolución del latín peninsular en las distintas lenguas romances.


La romanización en la península Ibérica

En el año 218 a.C. Roma emprende la conquista de Hispania. Comienza el lento proceso de la romanización de la península Ibérica. Los territorios conquistados se integran en la estructura del Imperio y, poco a poco, adoptan el latín vulgar hablado como lengua común.

La romanización fue rápida en el sur y en levante, peromás lñenta y menos profunda en el norte de la Península. Las antiguas lenguas prerromanas se fueron relegando al ámbito familiar hasta su abandono total (excepto el vasco) al principio de la Edad Media.

Seguramente el golpe decisivo contra las lenguas indígenas fue la coversión de los hablantes al cristianismo, ya que la iglesia adoptó el latín como la lengua de la vida religiosa e intelectual.


La fragmentación del latín

Las causas de esa fragmentación del latín fueron diversas: la desaparición del Imperio romano con la invasión de los pueblos germánicos, la propia extensión del territorio en que se hablaba el latín, que venía a coincidir con los límites de ese imperio, el abandono de la vida urbana, el aislamiento de los distintos territorios, la existencia de diversos sustratros (rasgos linguísticos propios de cada zona geográfica) que actuaron como fuerzas disgregadoras, etc.

A comienzos del siglo V, los pueblos germánicos invaden el imperio romano. A la península Ibérica llegan los visigodos. Aunque estos adoptaron el latín como lengua oficial, algunas palabras de estas lenguas germánicas llegaron al castellano, como Albergue o guardián.


La invasión árabe

El desembarco en el año 711 de árabes, sirios y berberiscos en la Península, hizo que algunos hispanos se refugiaran en el norte, donde comenzarían a gestarse los nuevos reinos cristianos, mientras que la gran mayoría permanecerían en sus tierras sometidos a la autoridad del califato.

El adelanto científico de Al-Ándalus propició la integración de muchos términos de origen árabe en las distintas variedades romances, también en castellano: acequia, azúcar, alcachofa, cifra, álgebra, algoritmo, etc.


Los romances peninsulares

Entre los siglos IX y XI, esta era la situación lingüística de las lenguas romances peninsulares:

• En el sur y el centro, por donde se extiende Al-Ándalus, conviven en una situación de bilingüismo el árabe andalusí y las hablas mozárabes (los dialectos romances hablados por los cristianos que viven en los territorios musulmanes).

• En el reino de León, formado por la actual Galicia, Asturias y León, se habla gallego y astur-leonés.  

• En Castilla, independizada de León en el siglo XI, se habla castellano.

• En Navarra y Aragón se habla una misma variedad lingüística, conocida como navarro-aragonés.

• En el condado de Cataluña, perteneciente al reino de Aragón, se habla catalán.

Los primeros tiempos del castellano

La cuna del castellano se localiza en una franja vecina al País Vasco que ocupa parte de La Rioja, Burgos y Cantabria. Desde esa zona se expandió por la Península siguiendo los avances del reino de Castilla en la Reconquista.

El castellano se distinguió pronto por su carácter innovador, su extraordinario vitalidad y la originalidad de las soluciones adoptadas. Por ejemplo, mientras los demás romances hispanos conservaban la f- inicial del latín, el castellano la perdió; y mientras los romances peninsulares convertían el grupo li + vocal en LL o y + vocal, Castilla adoptó j + vocal:

Latín: filiu

Gallego: fillu

Astur-leonés: fiyo

Aragonés: fillo

Catalán: fill 

Castellano: hijo


►Para saber más:

Los primeros textos romances:

Al principio, el romance no se consideraba lengua apta para ser escrita, para lo que se empleaba el latín.

Sin embargo, unos documentos escritos entre los siglos X y XI muestran ya una lengua diferente del latín. Se trata de las glosas emilianenses, una serie de anotaciones que los monjes realizaron en los márgenes de los manuscritos latinos que copiaban.



lunes, 21 de julio de 2025

MARTE EL PLANETA ROJO | TODO LO QUE DEBES SABER

El planeta rojo, otro vecino cósmico de la Tierra, también ha despertado nuestra curiosidad desde épocas muy remotas. Las misiones a Marte han revelado que se trata de un mundo muy parecido al nuestro, donde podría existir vida microscópica.


El planeta desértico:

Marte nos ha fascinado desde siempre, especialmente a partir de las observaciones de Percival Lowell (1855-1916), que creyó ver "canales" en la superficie marciana, y, por tanto, evidencias de vida y civilización.

La exploración de Marte ha desterrado esta suposición. El planeta se ha revelado como un frío desierto, cuyo paisaje se parece mucho al de algunos desiertos de la Tierra, con una fina atmósfera compuesta mayoritariamente por dióxido de carbono. Se cree que tiene un núcleo de unos 1 700 km de radio, un manto similar al terrestre y una corteza de 35-70 km de espesor.



El paisaje marciano:

Marte presenta algunas de las formaciones geológicas más espectaculares que conocemos en el Sistema Solar. Destacan el Vallis Marineris, un inmenso cañón de 4 000 km de longitud y 2 a 7 km de profundidad; Hellas Planitia, un cráter de 2 000 km de diámetro; y el Monte Olimpo, un inmenso volcán de 24 km de altitud y 500 km de diámetro en su base. A su lado, nuestro Everest queda muy pequeño.

Lo más interesante del paisaje marciano se ha revelado gracias a las últimas misiones de exploración: se trata de las evidencias de erosión debidas al agua o a algún otro fluido, muy abundante en el pasado.


Observar Marte:

La imagen de Marte en el cielo nocturno es inconfundible por su intenso color anaranjado. Pero no siempre podemos verlo con claridad, ya que su distancia a la Tierra oscila desde 55 000 000 hasta 400 000 000 de km. Cuando está más cerca de la Tierra (en oposición), el astro domina el cielo nocturno; en cambio, en los momentos de máxima separación, apenas es visible en el cielo.

Con un telescopio mediano, en los momentos de máxima aproximación a la Tierra, es posible observar algunos detalles en su superficie: por ejemplo, el hielo en los polos. Pero, en general, es un planeta difícil de observar (al fin y al cabo, no es muy grande) y casi todo lo que sabemos sobre él se lo debemos a las numerosas misiones de exploración.


La exploración de Marte:

Marte ha sido uno de los astros más visitados por naves no tripuladas. La primera en orbitar Marte fue la Mariner 4 (1965). El primer aterrizaje en la superficie marciana fue en 1971 a cargo de la sonda Mars 2. Cinco años más tarde llegaron a Marte las sondas Viking 1 y 2.

La exploración de Marte se retomó con la misión del Mars Pathfinder (1997), que logró hacer llegar al planeta rojo un pequeño robot (un rover) que exploró la superficie marciana y nos envió datos sobre las rocas. En 2004 llegaron a Marte dos robots más, Spirit y Opportunity, que enviaron imágenes del paisaje marciano. Uno de sus principales objetivos es, además, investigar la posible presencia de microorganismos que soportarían condiciones extremas, o las evidencias de vida en el pasado.

No obstante, gran parte de los datos que se están obteniendo se deben a tres sondas que orbitan Marte: Mars Global Surveyor, Mars Odissey y Mars Express.

Spirit y Opportunity

►Más información:

Los satélites de Marte son Deimos y Fobos. Son de los satélites más pequeños del sistema solar, en relación con el tamaño del planeta. Se piensa que son, en realidad, asteroides capturados por la atracción gravitatoria de Marte.

Fobos:

Dimensión*: 9 000 km
Tamaño: 11 km

Deimos:

Dimensión*: 23 000 km

Tamaño: 6 km

*Distancias a Marte