El planeta rojo, otro vecino cósmico de la Tierra, también ha despertado nuestra curiosidad desde épocas muy remotas. Las misiones a Marte han revelado que se trata de un mundo muy parecido al nuestro, donde podría existir vida microscópica.
El planeta desértico:
Marte nos ha fascinado desde siempre, especialmente a partir de las observaciones de Percival Lowell (1855-1916), que creyó ver "canales" en la superficie marciana, y, por tanto, evidencias de vida y civilización.
La exploración de Marte ha desterrado esta suposición. El planeta se ha revelado como un frío desierto, cuyo paisaje se parece mucho al de algunos desiertos de la Tierra, con una fina atmósfera compuesta mayoritariamente por dióxido de carbono. Se cree que tiene un núcleo de unos 1 700 km de radio, un manto similar al terrestre y una corteza de 35-70 km de espesor.
El paisaje marciano:
Marte presenta algunas de las formaciones geológicas más espectaculares que conocemos en el Sistema Solar. Destacan el Vallis Marineris, un inmenso cañón de 4 000 km de longitud y 2 a 7 km de profundidad; Hellas Planitia, un cráter de 2 000 km de diámetro; y el Monte Olimpo, un inmenso volcán de 24 km de altitud y 500 km de diámetro en su base. A su lado, nuestro Everest queda muy pequeño.
Lo más interesante del paisaje marciano se ha revelado gracias a las últimas misiones de exploración: se trata de las evidencias de erosión debidas al agua o a algún otro fluido, muy abundante en el pasado.
Observar Marte:
La imagen de Marte en el cielo nocturno es inconfundible por su intenso color anaranjado. Pero no siempre podemos verlo con claridad, ya que su distancia a la Tierra oscila desde 55 000 000 hasta 400 000 000 de km. Cuando está más cerca de la Tierra (en oposición), el astro domina el cielo nocturno; en cambio, en los momentos de máxima separación, apenas es visible en el cielo.
Con un telescopio mediano, en los momentos de máxima aproximación a la Tierra, es posible observar algunos detalles en su superficie: por ejemplo, el hielo en los polos. Pero, en general, es un planeta difícil de observar (al fin y al cabo, no es muy grande) y casi todo lo que sabemos sobre él se lo debemos a las numerosas misiones de exploración.
La exploración de Marte:
Marte ha sido uno de los astros más visitados por naves no tripuladas. La primera en orbitar Marte fue la Mariner 4 (1965). El primer aterrizaje en la superficie marciana fue en 1971 a cargo de la sonda Mars 2. Cinco años más tarde llegaron a Marte las sondas Viking 1 y 2.
La exploración de Marte se retomó con la misión del Mars Pathfinder (1997), que logró hacer llegar al planeta rojo un pequeño robot (un rover) que exploró la superficie marciana y nos envió datos sobre las rocas. En 2004 llegaron a Marte dos robots más, Spirit y Opportunity, que enviaron imágenes del paisaje marciano. Uno de sus principales objetivos es, además, investigar la posible presencia de microorganismos que soportarían condiciones extremas, o las evidencias de vida en el pasado.
No obstante, gran parte de los datos que se están obteniendo se deben a tres sondas que orbitan Marte: Mars Global Surveyor, Mars Odissey y Mars Express.
►Más información:
Los satélites de Marte son Deimos y Fobos. Son de los satélites más pequeños del sistema solar, en relación con el tamaño del planeta. Se piensa que son, en realidad, asteroides capturados por la atracción gravitatoria de Marte.
Fobos:
Dimensión*: 9 000 km
Tamaño: 11 km
Deimos:
Dimensión*: 23 000 km
Tamaño: 6 km
*Distancias a Marte

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