Si hay algo que todas las rocas sedimentarias tienen en común, es que están constituidas por unidades menores, desde pequeños cantos rodados hasta compuestos que precipitan.
Tipos de rocas sedimentarias
Tipos de rocas sedimentarias
Atendiendo al origen o a la formación de los materiales que componen las rocas sedimentarias, se diferencian dos grandes grupos: las detríticas y las no detríticas. Las primeras derivan de sedimentos que proceden de otras rocas. Las no detríticas tienen otro origen.
Rocas sedimentarias detríticas
Las rocas sedimentarias detríticas se forman por la meteorización, erosión, transporte, sedimentación y litificación de rocas preexistentes de cualquier tipo. El conjunto de modificaciones que sufren los sedimentos para constituir una roca sedimentaria se llama litificación.
Las rocas sedimentarias detríticas se clasifican, según la medida de sus partículas, en tres grupos: lutitas, areniscas y ruditas.
LUTITAS: Compuestas por granos de tamaño inferior a 1/16 mm. Son las arcillas, las margas (compuestas por carbonato de calcio, etc.).
ARENISCAS: Los granos que las componen son arenas, con un tamaño entre 1/16 y 2 mm.
RUDITAS: Compuestas por gravas de tamaño superior a 2 mm. Si se observan al microscopio, se aprecian tres tipos de componentes: trama (clastos, trozos de rocas de tamaño variado), matriz (partículas menores de 2 mm que llenan el espacio entre clastos) y cemento (precipitado químico entre trama y matriz).
Se distinguen dos tipos de ruditas: brechas (con clastos angulosos) y conglomerados (con clastos de formas redondeadas).
ROCAS SEDIMENTARIAS NO DETRÍTICAS
En la formación de las rocas sedimentarias no detríticas intervienen procesos químicos. El más sencillo de ellos es la precipitación; es decir, la formación de un compuesto sólido a partir del soluto de una solución saturada: así se forma, por ejemplo, la caliza. En otros casos se producen complejos procesos en los que intervienen la descomposición y transformación de restos de seres vivos, como ocurre en el caso del carbón.
Los tres grupos más importantes de rocas sedimentarias no detríticas son las carbonatadas, las evaporíticas y las organógenas.
ROCAS CARBONATADAS
Se forman por precipitación de carbonatos. En determinados ambientes (como, por ejemplo, en las cuevas que atraviesan macizos calcáreos) el agua tiene un alto contenido en carbonatos. Estos compuestos químicos pueden precipitar dando lugar a rocas. La más importante de ellas es la caliza, formada por la precipitación de carbonato de calcio.
Existen muchas variedades de caliza, según el ambiente de formación, la presencia de fósiles, etc.
Si el compuesto que precipita es carbonato de calcio y magnesio, se originan las dolomitas. Estas rocas son muy parecidas externamente a las calizas, aunque su composición química es diferente.
ROCAS EVAPORÍTICAS
Se originan por la evaporación del agua y la consiguiente sedimentación de los minerales disueltos en ella. Son propias de ambientes con intensa evaporación: para que se formen, por ejemplo, en un entorno lacustre, es imprescindible que la cantidad de agua que se evapora sea superior a la que llega como aporte de ríos, precipitaciones, etc. Esta situación se da en las albuferas, en los lagos interiores y en los mares menores.
Las rocas que se forman de esta manera están compuestas por depósitos de cloruros y sulfatos, en sus distintas variedades. Con frecuencia, estos minerales aparecen intercalados con rocas sedimentarias detríticas del tipo de las lutitas.
ROCAS ORGANÓGENAS
Están formadas por restos de seres vivos, muy transformados. Las rocas organógenas más comunes son los carbones y el petróleo. Los carbones se originan por acumulación de restos vegetales en ambientes pantanosos sin oxígeno, por la acción de microorganismos que descomponen los tejidos vegetales.
Los distintos tipos de carbones se clasifican por su riqueza en carbono.
El petróleo se origina por acumulación de plancton en un ambiente marino o lacustre; más tarde actúan microorganismos, que convierten la materia orgánica en hidrocarburos en estado semisólido, líquido o gaseoso.